A la hora de llevar a cabo un quiromasaje profesional, hay que tener en cuenta una serie de factores importantes que afectan tanto al quiromasajista como al usuario.
Estos requisitos deben estar presentes en cada una de la sesiones para que el quiromasaje sea efectivo. A continuación, vamos a ver 10 condiciones generales para realizar un quiromasaje profesional:
Higiene
La higiene es un factor importante tanto en el quiromasajista como en el cliente. El profesional debe lavarse las manos y tener las uñas cortas. Además, debe usar una indumentaria cómoda, que le permita llevar los brazos descubiertos para evitar el roce de la ropa con la piel. En cuanto al usuario, el área sobre el que se practicará el quiromasaje debe estar limpia. Para este fin, puede utilizarse un algodón con alcohol y frotar la zona antes de comenzar.
Sala de quiromasaje
La sala donde se va a practicar el quiromasaje debe estar perfectamente adecuada. Debe estar correctamente ventilada y tener una luz suave y unos colores agradables, que inviten a la relajación. El elemento principal, la camilla, debe ser de tres cuerpos independientes, para que los extremos se puedan subir y bajar. Será muy útil, también, contar con un rulo para apoyar las extremidades y agujero facial. Además, sobre la camilla se debe colocar una toalla, una sábana o un protector.
Silencio
El silencio ayuda a la concentración tanto del profesional como del cliente. Antes de comenzar, el quiromasajista preguntará al usuario el por qué del quiromasaje o si siente molestias o tensiones musculares y dónde, etc. De este modo, el profesional obtendrá toda la información necesaria para realizar su trabajo.
Postura
- Del cliente: Dependiendo de la molestia que se vaya a abordar en el cliente, éste tendrá que adoptar una posición u otra. Hay que buscar siempre la postura más cómoda y adecuada para poder obtener así los mejores resultados.
- Del quiromasajista: Como en cualquier profesión, la postura en la que trabajamos es fundamental, ya que pasamos muchas horas al día en esa posición. En el caso de los quiromasajistas, al trabajar con su cuerpo, deben tener especial cuidado en no adoptar posturas que provoquen sobrecargas en el cuerpo y, sobre todo, en la espalda. Es recomendable, por tanto, no flexionar en exceso la espalda y evitar la rotación de la zona lumbar, colocando hacia delante la extremidad más próxima a la camilla.
Lubricantes
Un buen quiromasajista debe saber hacer un masaje en seco. Sin embargo, el uso de lubricantes facilitará que los dedos se deslicen fácilmente y se pueda profundizar más en la molestia. Se puede utilizar lociones, aceite de almendras, de oliva, de coco, jabón, glicerina,…
Orden y tiempo
Hay que tener en cuenta el orden en el que se realiza el quiromasaje y el tiempo de duración. Con respecto al orden, en las maniobras, el quiromasajista comenzará a explorar con los dedos para detectar molestias o tensiones musculares y efectuará amasamientos, percusiones, etc. En un quiromasaje general, lo recomendable es iniciarlo por la cabeza y la cara y continuarlo por el tórax y el abdomen.
En relación al tiempo, la duración de un quiromasaje nunca puede ser exacta. Ésta dependerá de factores como la molestia que se aborde y la condición física del usuario. Sin embargo, se podría hacer una estimación. En los masajes faciales, el tiempo adecuado será de unos 15 minutos. En el quiromasaje de espalda, la duración recomendada será de 20 – 25 minutos. En el caso del quiromasaje en extremidades inferiores el cálculo aproximado es de 20 – 25 minutos. Y en el quiromasaje general, el tiempo indicado es de unos 60 minutos. En definitiva, un quiromasaje demasiado largo puede cansar y uno demasiado corto no tendrá ningún efecto.
Intensidad
La intensidad debe adecuarse a cada usuario. Ésta dependerá de la musculatura del cliente, de su condición física, de sus preferencias,… De cualquier modo, se comenzará siempre con una intensidad baja para ir incrementándola poco a poco.
Velocidad
La velocidad del quiromasaje estará determinada por el objetivo que se quiera alcanzar. Si se desea estimular el sistema nervioso se realizará un quiromasaje rápido y vigoroso, eliminando las maniobras lentas. Si, por el contrario, se busca la relajación, el quiromasaje será lento y suave y, por tanto, se suprimirán las maniobras rápidas.
Observación de la molestia
Lo recomendable es comenzar el quiromasaje a nivel superficial para ir profundizando paulatinamente en la molestia o tensión muscular, hasta alcanzar el grado deseado.
Respiración
Durante el quiromasaje, tanto el profesional como el cliente, deben mantener un ritmo respiratorio continuo. Para el quiromasajista, controlar la respiración es fundamental, pues se cansará menos y trabajará mejor. Y al usuario, le ayudará a relajarse y a reducir la sensibilidad de la molestia, facilitando el trabajo del profesional.
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